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domingo, mayo 06, 2007

El Castillo encantado

Te invitamos a leer el cuento que nuestra compañera Goretti Ramos, ha creado para el Festival Música y Cuentos del Mundo, y que sirvió de base para desarrollar todo el acto que tuvimos el día 27 de abril como fin a la celebración de nuestra Semana Cultural.
EL CASTILLO ENCANTADO

En las lejanas y profundas tierras del sur de una de las islas llamadas “Afortunadas”, había un castillo muy particular, al que la gente del lugar empezó a denominar “el castillo
encantado”, porque según cuenta la leyenda todo ser que en él entraba, que por cierto, siempre lo hacía con cierto reparo, salía, de alguna u otra forma, tocado por el embrujo que en sus dependencias se respiraba.

Se encontraba al pie de una montaña que lo protegía y rodeaba con su manto. Era un
castillo muy especial: tenía forma de U y en el centro un gran patio donde se organizaban competiciones de todo tipo y donde el rey y su séquito celebraban grandes festejos.

Cuando se construyó se hizo con tanta prisa que olvidaron usar piedras para sus muros y dependencias y en su lugar usaron un material especial que ha resultado ser mejor de lo que se esperaba, pues ninguna tormenta ha logrado derribarlo. Lo decoraron de dos colores: azul y gris.

Pero cuando llegó el Rey y su séquito y lo vieron terminado, pensaron cómo darle vida y convertirlo en un lugar acogedor, en el que sus habitantes se sintieran siempre a gusto y pudieran instruirse en él, aunque sólo estuvieran allí de paso, o fueran de otra etnia o cultura diferente a la de aquella región árida y seca del sur. Para ello decidieron hacer una gran fiesta de bienvenida pensando qué elementos podrían unir e instruir a todos los
habitantes del castillo y concluyeron que podían ser la MÚSICA y LA PALABRA (ésta, a través de cuentos populares).

Es entonces cuando se decide preparar dicha fiesta y se contrata para tal ocasión a un
músico de gran prestigio que deleitaría a los habitantes del castillo con una muestra de la música tradicional de aquella región y de aquellas islas afortunadas donde se asentaba el Castillo.

A continuación una de las damiselas que se instruía en el castillo recitó un cuento popular también propio de la región para deleite de los demás.

La fiesta fue todo un éxito. Desde ese día al castillo comenzaron a llegar habitantes de otros reinos y de otras culturas. Con su llegada parecía que los muros y dependencias
del castillo iban cambiando de tonalidad, la gama de colores aumentaba y mejoraba el aspecto que en un principio tenía.

Algunos de los habitantes eran grandes eruditos y profesionales de todas las artes. Entre ellos había un compositor que atraído por la realidad de otras culturas deleitaba con las letras de sus canciones a todos los que por allí pasaban.

Todas las noches se aferraba a su guitarra y se sumergía en historias de diferentes países que todos conocían de oído pero que pocos habían visitado.

Una de esas noches cogió su guitarra y comenzó a contar una historia titulada:”redes”. La música era de uno de esos países que se encontraba al otro lado del Atlántico y que decían que se llamaba Argentina.

Tras escucharlo, otra damisela que también se instruía allí y que curiosamente procedía de otro país vecino a Argentina les contó una historia de Colombia.

El Castillo empezó poco a poco a ser objeto de crónicas y comentarios de todo tipo. Fue atacado por algún que otro dragón y asediado por algunos guerreros enemigos. Pero se mantuvo en pie y aguantó con firmeza todas las adversidades que fueron apareciendo, gracias al coraje y valentía de todos y cada uno de los caballeros y damas que habitaban en el mismo. Y comenzaron, entonces a buscar y a realizar proyectos y más proyectos
para que sus bases se asentaran definitivamente y sus muros tan frágiles, en un principio, se afianzaran de una vez por todas. Sus crónicas llegaron hasta el lejano Oriente. De allí llegaron a conocerlo algún que otro visitante y más de uno decidió quedarse para instruirse en él.

Como al Rey del Castillo le encantaban las fiestas y los festejos, cada vez que llegaba alguien de muy lejos, lo recibía con un gran banquete donde por supuesto no faltaban ni grandes manjares ni bebida de ningún tipo.

En una de esas celebraciones, una dama llegada del lejano Oriente deleitó a todos los habitantes con una danza que se llamaba “danza del vientre”.

Después de tan singular y espectacular danza otra dama que se encontraba en la fiesta les contó a todos una historia de la lejana India.

Sin quererlo el Castillo, que siempre tenía sus puertas abiertas a todo el que por allí pasaba, se fue convirtiendo en un lugar donde el mestizaje de los habitantes del mismo no supuso ningún inconveniente para que la convivencia resultara fácil. Al contrario se fue creando, poco a poco, un ambiente muy cálido y acogedor donde todos cabían y todos tenían un sitio. De hecho, hasta se creó un grupo de músicos que fusionaban estilos de
música africana a través del arte de la percusión.

Precisamente, del continente africano llegaron al Castillo nuevos habitantes. Algunos venían desilusionados, con el corazón roto por tener que abandonar su país, pero con la esperanza puesta en encontrar en esta región un poco de dignidad y oportunidades. Con ellos traían sus recuerdos, sus historias, su música, sus raíces, en definitiva. Una de esas historias procedía de Senegal.

Su música y ritmos impresionaron a los habitantes del Castillo que se pusieron en pie cuando un grupo de jóvenes africanos comenzaron a tocar.

Fue a partir de esos momentos cuando el Castillo comenzó a recibir el calificativo de “castillo encantado”. Aquel castillo que se construyó como otro castillo más, dedicado a la instrucción de sus habitantes en las artes de las letras y los números, sin embargo, fue
capaz de recoger lo mejor que las diferentes etnias y culturas que a él llegaban, le traían y adaptarlo a su vida del día a día. Aquel castillo cambió sus colores azul y gris por el color “esperanza”, el color “amistad”, el color “tolerancia”, el color “respeto”, el color “dignidad”, el color “esfuerzo”, el color “ilusión” y tantos otros colores que poco a poco fueron llenándolo de vida y convirtiéndolo en un lugar singular.

Aquel castillo se convirtió en un “castillo encantado” porque sus muros y dependencias se sostenían en LA MAGIA DE LAS DIFERENTES CULTURAS que en él habitaban.

Construimos Guaza con el sonido del mestizaje, la esperanza en la palabra y el deseo de compartirY colorín colorado este cuento no se ha acabado, porque aprovechando que el Rey del Castillo se fue de expedición a un país del continente africano, su séquito organizó una de las fiestas más sonadas de todas las fiestas celebradas anteriormente y lo hizo con el grupo de música africana.

CONTINUARÁ….

4 Comments:

  • At 9:55 p. m., Anonymous Anónimo said…

    Hola, el cuento estuvo precioso y felicito a Goretti por haberlo hecho. El festival estuvo muy bien aunque nos hemos quedado hasta la 6 en el insti valió la pena. Un saludo. Sara 3ºC

     
  • At 1:01 p. m., Anonymous Anónimo said…

    Me parecio un cuento muy bonito.y el festival estuvo super bien y me gust omucho ya ue pudimos compartir muchos momentos con los imigrantes del centro nivaria:D.la verdad es que me gustaria realizar esa actividad de nuevo con todos ellos ya que me lo pase muy bien con todos ellos/as y dar mis felicidades a Goretti por ese cuento tan fabuloso

     
  • At 2:16 p. m., Anonymous Anónimo said…

    hola , el cuento estuvo precioso y le felicito a goretti por su gran trabajo

     
  • At 2:37 p. m., Anonymous Anónimo said…

    El cuento es muy bonito a parte de sser entretenido!me gusto bastante!!!
    Goretti hizo 1 buen trabajo!!
    VICKY 3ºB

     

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